comprometidos

martes, 17 de mayo de 2011

Un encuentro marabrillante con profesores


13 de mayo 2011

Durval Martínez

A la hora prevista para iniciar el evento, ya habían llegado más de una docena de profesores. Habíamos invitado a cuarenta y cinco maestros de varios colegios municipales, fiscales y particulares del Distrito Metropolitano de Quito, a participar en una capacitación sobre la metodología marabrillante que es el corazón del Programa Quito Lee, con el que el Municipio de Quito busca formar lectores en la ciudadanía con menor acceso a libros y sin hábitos lectores.

En ningún momento se presentó una agenda del taller, tampoco se hizo una presentación individualizada de los participantes, no hubo discursos de apertura del evento ni hojas de registro. Nada. En cuanto ingresaron los profesores, recibieron un sobre Manila lleno de pétalos de flores, hilo, agujas, trozos de lana. En las mesas encontraron cartulinas, tijeras, goma, marcadores. La consigna: con los materiales que tienen, hagan algo que les represente.

Cada maestro se esmeró en hacer un trabajo que mejor le representase. Pasaba el tiempo y no había nada formal, aunque tampoco hubo reclamos, al contrario, las conversaciones en las mesas de trabajo subían de tono, se escuchaban risas y comentarios alegres. Lo interesante era que antes del evento, muy pocos se conocían entre si y en un par de horas ya parecían amigos de hace mucho tiempo.

¿Qué estaba pasando? Qué hacía que los profesores se envolvieran tan fácilmente en las actividades propuestas sin que hubiera ninguna explicación formal sobre el evento o sobre el contenido del taller?

Pues simplemente los profesores estaban viviendo una experiencia marabrillante, no se daban cuenta que estaban inmersos en un mundo de fantasía y recuerdos, no se percataban que la imaginación había copado sus mentes y que la lectura de una relato de García Márquez los había transportado a su infancia, a un ayer tal vez nunca visitado. No faltaron las lágrimas ni las frases melancólicas o las risas sonoras, recuerdo quizás de tiempos más alegres.

Al comentar por la tarde sobre las experiencias vividas a lo largo del día, escuchamos atónitos comentarios como: “. Yo ya había levantado mis brazos por que no sabía que más hacer para motivar a mis alumnos a que lean. Este taller me devuelve la motivación, al fin una luz de esperanza”. Otro maestro comentó que: “por primera vez no sentí el paso del tiempo, no me cansé para nada, podría seguir varias horas más”.

Todos los profesores manifestaron su compromiso para los siguientes talleres de capacitación. Esperamos que la red de maestros marabrillantes logre formar lectores marabrillantes, autónomos entre los alumnos con quienes trabajan.

1 comentario:

  1. Los seres humanos somos por naturaleza seres sociales, compartimos la mayor parte de nuestras vidas con otras personas. Las habilidades de comunicación por lo tanto nos ayudan a mejorar nuestras relaciones interpersonales.

    Es reconfortante saber que este tipo de encuentros "marabrillantes" se convierte sin duda en un catalizador de sentimientos,sensaciones,vivencias y recuerdos que permiten al individuo
    ser parte de una experiencia por demás formidable a través de la lectura.

    Sin duda es un trabajo excepcional el que se esta realizando compañeros. Ustedes son parte
    de un gran equipo. Felicitaciones!!!

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