comprometidos

martes, 10 de mayo de 2011

Sueños frente al espejo

Por: Daniela Palacios

Pana de la Lectura


Mamá; me miro al espejo y veo que tengo una ceja más grande que la otra y juego con ellas y se ponen a bailar sobre mis ojos.

Luego miro que mi boca se transforma en pico de gallina, y mi cabeza y cuello están topeteando y mirando a varias partes, están inquietas. Sé que estoy en medio de algo mami, tal vez estoy buscando una lombriz.

!Qué lindo! ahora soy un mono; mira mi espalda y mis piernas soy ágil, puedo treparme a donde sea. Soy pícara y traviesa… no mami no voy a romper nada tranquila… Pero aun no acabo siento que ahora puedo ser elegante como el caballo porque ahora mis pasos son pausados pero precisos. Como cuando me pongo tus tacos, pero este caballo es blanco y muy hermoso, ya no necesito tus tacos.

Y ahora van a entrar en mi los poderes del más allá, porque seré el tigre; silenciosa pero muy fuerte, cuidado mami que aunque soy chiquita tengo garras muy poderosas.

Y ahora, ma, me miro en el espejo y veo que mi cuerpo se divide en dos; mis piernas quieren estar como raíces y mis brazos y cabeza quieren topar el cielo y siento que soy igualita al árbol de mi escuela, ese enorme al que me trepo. Y me trepo porque quiero tocar el cielo. Porque en el cielo están los sueños. Y ahí puedo cantar durísimo y sólo los pájaros me escuchan.

Mami ¿es normal todo lo que te cuento? O ¿estoy enferma??

A veces me miran raro los otros niños y se ríen de mi cuando les cuento esto, es que ellos no pueden ver lo que yo veo, ni pueden sentir lo que yo siento, pero cuando ya no me enojo con ellos me transformo en mis amigos animales y los otros niños me miran y sé que les gusta mucho y dejan de molestarme.

Yo no quiero olvidarme de mis amigos animales ni de mi gran árbol, ellos me acompañan siempre y me siento feliz cuando juego con ellos.

Ya se, ma, la única solución para que guarde a mis amigos conmigo por siempre es… !ser ACTRIZ!

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