Quito Lee
Un programa Municipal de Formación de Lectores
Parafraseamos el viejo tango “fumando espero” y decimos que “leer es un placer genial, sensual” y sentimos, de un golpe, la bocanada de frescura que nos dejan las buenas lecturas.
Más allá de los aprendizajes que nos entregan los libros, más allá del crecimiento que encontramos en la lectura, más allá de los conocimientos acopiados en las letras de miles y miles de bibliotecas; leer nos transporta a uno de los más elementales pilares de la existencia: el placer.
Placer de comprender aquello que literalmente los libros nos dicen.
Placer de descubrir aquello que sus letras, de modo velado, esconden.
Placer de interpretar y encontrar en las lecturas diversas, diversas formas de entender la vida.
Por algunas de esas taras de la inequidad, ese placer ha estado por mucho tiempo considerado un privilegio. Privilegio de aquellos quienes han tenido acceso a la lectura. Privilegio de aquellos quienes han podido encontrarse con los libros en las manos de sus padres, en la inspiración de sus maestros. Privilegio de quienes han podido, al menos a momentos, dejar de lado la lucha por la elemental supervivencia y entregarse al inesperado, maravilloso, genial, sensual (como dice el tango), Vital,Integral, Sin Final, Inicial, Divertido, Epustuflante, Inaplazable, Necesario, Iluminador, Apoteósico, Imprescindible, Clarificante, Absoluto, Curioso, Purificador, Riguroso, Orgásmico, Pasional, Lúdico, Enriquecedor, Espumante, Extraordinario, Edificante, Marabrillante, Inspirador, Subversivo, placer de la lectura.
De eso se trata el programa Quito Lee; de compartir ese placer. De sacarlo de su cárcel de papel, ponerlo a circular en las sonrisas, las miradas, los oídos asombrados, la emoción marabrillosa de la gente de Quito; especialmente de aquella gente que ha estado lejos de la lectura; que no ha tenido el ejemplo, que no ha tenido el estímulo.
Hoy, Quito Lee es ya una huella que empieza a distinguirse en el camino de este Quito que queremos; una huella que se marca al ritmo alegre, vital, comprometido de un conjunto de Panas de la Lectura y Marabrilladores, que andan, por ahí como se dice, entregando letras, libros, libretad, libertad, a todos quienes se atreven a encontrarse con ese placer sin comparación.
La huella de Quito Lee
Período septiembre – diciembre 2010
86.480 libros distribuidos
59,382 distribuidos por los Marabrilladores
27,098 distribuidos por los Panas
52 puntos fijos de distribución de libros
15 tiendas
4 consultorios médicos
3 talleres
2 peluquerías
5 panaderías
2 carnicerías
5 café-net
3 bazares
2 papelerías
10 servicios varios
1 ama de casa
3 sistemas de bibliotecas probados
Motolibrocicleta
Cochelibros
Biblioteca fija
109 encuentros marabrillantes realizados
108 embajadores de la lectura nombrados
101 clubes de lectura formados
29 clubes de niños
30 clubes de jóvenes
19 clubes de adultos
16 clubes de mujeres
7 clubes de adultos mayores
16 encuentros experimentales de Lectura en Casa
1 encuentro con autores realizado
44 Talleres de lecto-escritura realizados
3 materiales alternativos de lectura desarrollados
Sendero de las palabras
Árbol de poemas
Literatura de cordel
62 eventos artísticos de animación a la lectura
4 tipos de expresión artística
Batucadas
Espectáculos masivos
Cuenta cuentos
Teatro Invisible